KATARZYNA SZYMON – ESTIGMATIZADA POLACA  flower08.jpg

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Mensajes y manifiestos importantes para el mundo entero 

ESTENOGRAMA PARA LA PELÍCULA „MAESTRO Y CATALINA”   

¿QUIÉN ERA CATALINA SZYMON? 

 

 ESTIGMAS   

Libro sobre Katarzyna Szymon   

Testimonios y diagnósticos de los médicos 

Testimonios de los asistente 

 

ESTENOGRAMA PARA LA PELÍCULA „MAESTRO Y CATALINA” 

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„Si alguien quiere seguirme, que se niegue a sí mismo, que tome cada día su Cruz y Me siga”.

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 El MAESTRO Y CATALINA 

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 El hombre contemporáneo, que vive en esta época de rápidas transformaciones de la civilización, muy a menudo no es capaz de ver la perspectiva de lo eterno. Dominado por los problemas cotidianos, vive sus sesenta o setenta años, a veces más, a veces menos, hasta que, estando ya en el lecho de muerte y cuando  ésta le mira cara a cara, siente la inquietud en el corazón de preguntarse a sí mismo: ¿qué pasará conmigo, Es verdad que existe Dios. Es verdad que existe el Juicio Final?

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Después de la muerte de una persona cercana, ya sea esposa, esposo, hijo o hija, hermano o hermana,  queda en nuestros corazones un sentimiento de tristeza y de angustia.  

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 La Santísima Virgen María lo experimentó de un modo más fuerte que cualquier ser humano, al contemplar el cuerpo de su querido Hijo y Señor, Jesucristo cuando le bajaron de la Santa Cruz, al ver su Precioso Rostro cubierto de sangre, sus manos, pies y su costado atravesados. Entonces algo así como una espada atravesó su Inmaculado Corazón. 

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 La Pasión de Jesucristo es relatada con multitud de detalles en los cuatro Evangelios, escritos hace casi dos mil años pero no aceptados por todos con fe y amor. Algunos, a semejanza de Santo Tomás "el incrédulo", siguen el principio de "si no lo veo, no lo creo". Intentan ver la Pasión de Jesucristo con los ojos de Santo Tomás el incrédulo, para quien el mundo de los ordenadores, magnetoscopios, televisión por satélite y otros inventos de la segunda mitad del siglo XX es la única realidad cuya existencia reconocen, de modo que los mensajes transmitidos por la Sagrada Escritura, relacionados con la Pasión de Jesucristo, son para ellos sólo cuentos y leyendas que quedan sin verificar.

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 Turín, ciudad del Fiat y del famoso equipo de fútbol Juventus; sí, pero no sólo.

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 En una de las capillas de la Catedral de San Juan Bautista se conserva la Reliquía conocida en el mundo entero como Sudario de Turín. Es una tela de lino sobre la que se fijó una imagen extraordinaria: el cuerpo muerto de un hombre crucificado. No tendría nada de extraordinario si no fuese porque las investigaciones científicas a las que se sometió el Sudario, dicen que este hombre fue previamente flagelado con mucha crueldad, y que antes de la crucifixión alguien le puso una corona de espinas. No se conocen casos semejantes de  tal castigo y tal burla en ningún relato histórico de crucifixión como rey usurpador. Ninguno, salvo el de los Evangelios.

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 Las investigaciones mostraron también que, a ese hombre cuya imagen se fijó después de su muerte, le perforaron el costado izquierdo y que no le rompieron las piernas.

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 La figura humana fijada sobre el Sudario muestra además, sin lugar a dudas, que el cuerpo se desprendió de la tela de modo extarordinario: desapareciendo por debajo del lino, no borró en modo alguno la impresión, no desprendió tampoco ningún coágulo de sangre, dejando sus rasgos muy marcados, así como los contornos de las heridas. En 1898 se sacó la primera fotografía del Sudario de Turín. La hizo un abogado de aquella ciudad, Secondo Pia. Podemos imaginar su sorpresa cuando en el negativo de vidrio apareció la fotografía de la figura del Sudario igual que en el positivo. Cuando se hubo repuesto de la primera impresión se dió cuenta de que él era la primera persona, que veía el cuerpo de Cristo tal como se dejó en la sábana de su entierro hacía 2000 años.

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„Si alguien quiere seguirme, que se niegue a sí mismo, que tome cada día su Cruz y Me siga”.

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 El rostro de Cristo refleja la majestuosidad de la muerte – su calma nos impresiona. No expresa desesperación o miedo alguno. Cuando el Papa Juan Pablo II estuvo en el Santuario de Turín dijo: „Todos los que aquí llegamos podemos decir lo que San Pablo dijo a propósito de Cristo: „Me amó  y se entregó por mi”. Es lo que nos recuerda el Santo Sudario. Si admitimos y aceptamos los argumentos de muchos científicos debemos decir que, el Sudario es testigo de Pascua, es testigo de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. Es un testigo mudo pero muy elocuente.

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 Este Sudario no es el único testigo de la Pasión de nuestro Salvador. Dios, en su infinita e inexplicable Misericordia, quiso poner en los caminos de la existencia humana más testigos de este tipo, y son los testigos vivos.

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Son personas que han vivido en distintas épocas, y testifican la verdad de la Pasión de Jesucristo con sus manos, pies y costado, pues fueron marcados con los estigmas o heridas que sufrió el mismo Maestro. 

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 Uno de los primeros, quizá el primero de ellos, fue el seráfico San Francisco. Para sus contemporáneos era ejemplo vivo de bondad y pobreza. Hoy, más de 760 años después de su muerte, a su sepulcro en Asís, siguen peregrinando fieles del mundo entero.

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 Uno de los primeros, quizá el primero de ellos, fue el seráfico San Francisco. Para sus contemporáneos era ejemplo vivo de bondad y pobreza. Hoy, más de 760 años después de su muerte, a su sepulcro en Asís, siguen peregrinando fieles del mundo entero.

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En sus muchas visiones vio cosas que quedan escondidas ante los simples mortales.  

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  Estas visiones fueron escritas cuando la beata todavía vivía y se recordaban bien los detalles.

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En verano de 1812 sobre su cuerpo aparecieron estigmas que sangraban mucho, los estigmas de la corona de espinas, de las manos, de los pies y del costado. Murió 12 años más tarde, siendo un ejemplo de paciencia hasta su último suspiro, ejemplo de entrega perfecta a Dios. 

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La noche del Jueves Santo al Viernes Santo, en 1898  nació en el pueblo bávaro de Konnersreuth Teresa Neumann. 

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Desde niña se distinguía por su devoción, pasando largos ratos orando y contemplando la Pasión del Señor.  

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 Cuando le preguntaban a Teresa de qué vivía contestaba simplemente: "Del Salvador", refiriéndose a la Sagrada Comunión que recibía cada día.

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 Puede parecer imposible, pero para Teresa Neumann era realmente su único alimento. Durante más de 35 años, desde 1927 hasta su muerte, no comió ni bebió nada más.

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 Este hecho fue comprobado con exámenes y observaciones de  médicos especialistas, a los que se sometió previo consentimiento de las autoridades de la Iglesia. A Teresa le aparecieron los estigmas durante la Cuaresma de 1926. Teresa no tenía ni idea de lo que eran los estigmas y no los deseaba, porque, como dijo unos años más tarde, le parecía incluso un atrevimiento, algo pecaminoso.

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Al principio intentaba curar sus heridas usando medios caseros, y al no conseguir resultados – se dirijió a los médicos. El doctor Seidl de Waldsassen examinó a Teresa y constató, que el largo de la herida de su costado era de 33 milímetros. Le aplicó ungüentos y vendas, pero cuanto más le vendaban las heridas, más le dolían.  

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El doctor Seidl estaba tan sorprendido por este tipo tan particular de heridas - pues no ocasionaban estados inflamatorios y no supuraban- que, pasado algún tiempo renunció a seguir el tratamiento. 

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A partir de aquel momento hasta el fin de su vida Teresa siempre llevó vestidos de manga larga, pero aún así no escapó a las visitas de más y más peregrinos, o de los que simplemente acudían por curiosidad.  

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Los que pudieron ver sus sufrimientos salían de allí profundamente conmovidos e iban a la iglesia del lugar, para orar y recibir los Santos Sacramentos: la Eucaristía, el Perdón de los pecados... 

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Los padecimientos de Teresa Neumann terminaron el 18 de septiembre de 1962. Marchó hacia Quien fue para ella su único alimento y amor. 

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La persona estigmatizada más conocida del siglo XX ha sido sin duda el Padre Pío, capuchino del convento de San Giovanni Rotondo en Italia. 

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Fue el día 20 de septiembre de 1918 cuando, como primer sacerdote en la historia de la Iglesia, recibió sobre su cuerpo los estigmas de las cinco Llagas de Jesucristo. La noticia de aquel acontecimiento llegó rápidamente a todos los países del mundo. Miles de personas empezaron a llegar a San Giovanni Rotondo, para buscar alivio en sus padecimientos físicos y espirituales. Una vez allí participaban en la misa celebrada por el Padre Pío, y en su confesonario, en el que confesaba cada día más de diez horas, obtenían el perdón de sus pecados.  

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La fuente del vigor espiritual del Padre Pío era su oración. En una de sus cartas escribió: “Es verdad que la Omnipotencia Divina supera todo, triunfa sobre todo, pero la oración humilde asociada al sufrimiento conquista el corazón de Dios".

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El día 22 de septiembre de 1968 el Padre Pío celebró la Santa Misa por última vez, y las heridas de los estigmas, que habían permanecido sin cicatrizar durante 50 años y tres días, comenzaron a desaparecer. Al día siguiente a las 2.30 de la madrugada, pronunciando las palabras "Jesús, María",partió de este mundo.. 

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Después del solemne funeral en el que participaron cerca de 100.000 personas, su cuerpo se puso en la cripta bajo el altar mayor de la nueva iglesia de los capuchinos en San Giovanni Rotondo.  

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San Francisco 

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Ana Catalina Emmerich 

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Teresa Neumann 

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Padre Pío

Son sólo algunos de los testigos escogidos por el Divino Maestro, para llevar sus heridas de salvación. Durante el segundo milenio después del nacimiento de Jesucristo estos testigos fueron más de cien en la Historia de la Iglesia Católica.  

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Vivieron en varias épocas y en varios países siendo para sus contemporáneos la prueba viva de la Pasión de Jesucristo, el Hijo de Dios 

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 Seguramente, queda en el silencio de la Misericordia Divina el número de hijos e hijas pródigos que, previo contacto personal con las personas que llevaron los estigmas, encontraron su camino hacia la casa del Padre.

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 Seguramente veremos a algunos de ellos en esta película, rodada por un cineasta aficionado que grabó la ceremonia del funeral de la polaca estigmatizada Katarzyna Szymon, fallecida el 24 de agosto de 1986.

ORACIÓN

Jesús mío, pido tu perdón y tu misericordia por los méritos de tus Santas Llagas

Jesús mío, pido tu perdón y tu misericordia por los méritos de tus Santas Llagas

Jesús mío, pido tu perdón y tu misericordia por los méritos de tus Santas Llagas

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Después de la muerte de una persona cercana, ya sea esposa, esposo, hijo o hija, hermano o hermana,  queda en nuestros corazones un sentimiento de tristeza y de angustia.  

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Después de la muerte de una persona cercana, ya sea esposa, esposo, hijo o hija, hermano o hermana,  queda en nuestros corazones un sentimiento de tristeza y de angustia.  

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 Cuando apenas tenía dos años murió su madre, dejando huérfanos a seis hijos.

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Su padre, peón forestal, se casó por segunda vez. Para Catalina, su segunda madre fue alguien que no le hacía mucho caso, y le mandaba hacer todas las labores de casa y del campo. A pesar de su dura infancia Catalina aprendió a orar y desde entonces aprovechaba cada rato libre para orar especialmente por la conversión de su padre ya que muy a menudo llegaba a casa borracho y les pegaba. Pasó el tiempo y su padre se convirtió e ingresó en la Tercera Orden de San Francisco a la que perteneció hasta su muerte. 

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Catalina pasó toda su vida en la región de Katowice, conocida por el duro trabajo de los mineros que ahí viven, ganándose la vida en las minas de carbón. 

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La gente que vive y trabaja allí es conocida por su devoción,  que muy bien puede ilustrarse con el viejo refrán  polaco que dice: ”Sin Dios ni siquiera pases el umbral de tu casa”  

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Muchos de ellos oyeron hablar de Catalina pero sólo algunos la conocían. 

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Nos habla ahora Małgorzata Piksa, del pueblo de Studzienice: "Conocía a Catalina desde niña. Siempre la veía muy humilde, siempre con el rosario en la mano y siempre sonriente, tranquila, diciéndonos a menudo: no discutais por minucias, sed siempre conciliadores y amables. Y la veo así, modesta, limpia y amable con todos, con los jóvenes, con los viejos y con los niños.  Siempre escuchando a cada persona que le hablaba. 

 

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Nos habla ahora María Kuszka: Era una mujer muy buena y honrada. Me enseñó muchísimo. En algunos retiros espirituales no aprendí tanto como de ella. Para nosotros sin pedir nada, era un ejemplo a seguir. Cada día caminaba 7 kilómetros para llegar a la iglesia, sin importarle qué tiempo hacía. No pedía que la llevaran en coche, siempre iba a pie.   

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 Krystyna Bem dice: "Antes tenía la intención de entrar en un convento y por eso iba a misa frecuentemente. Participando en la Eucaristía, me fijé en Catalina, ya que muy a menudo la veía en la iglesia y veía que oraba muchísimo. También me fijé en su comportamiento de penitente, siempre oraba arrodillada. Estaba en la iglesia cuando yo llegaba y todavía se quedaba cuando yo salía.Visitaba al Santísimo Sacramento y la veía habitualmente con el rosario en la mano."

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 Al lado del sepulcro de Catalina Szymon, en el cementerio de Kostuchna, muy a menudo se reúnen sus hijos e hijas espirituales, para orar por la conversión de los pecadores y pedir la Misericordia Divina para el mundo.

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ORACIÓN

PADRE NUESTRO que estás en el Cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo, danos hoy nuestro pan de cada día y perdónanos nuestras ofensas así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden y no nos dejes caer en la tentación mas líbranos del mal. Amén. 

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Karol Kolba, abogado de Bielsko-Biała dice: "Catalina era una verdadera mensajera del cielo para los tiempos que ahora vivimos. Tenía ese carisma del dolor y de la oración y atraía a la gente, aunque no era esa su intención. Pienso que estaba dotada de un carisma especial, imán de amor y humildad que atraía a todos hacia ella. Bueno, a todos los que sabían reconocer los signos de los tiempos. La verdadera misión de Catalina era la oración del Rosario. Una persona que prácticamente no sabía ni leer ni escribir, podía conquistar con su Rosario las almas que acudían a ella. Esto nos recuerda las palabras del Evangelio de San Lucas, palabras adecuadas a cada uno: a los aduaneros: no cobren más de lo justo; a los soldados: no opriman a la gente y confórmense con su sueldo. Catalina decía más o menos lo mismo: "que cada uno se quede contento con lo que tiene, no desee las cosas materiales de tal manera que tenga que matar su espíritu". Catalina hablaba a la gente como lo hacía. San Juan Bautista, aunque desafortunadamente no todos le hacían caso. Ha sido una pena tener que despedirnos de Catalina, pero pienso que la misión que nos confió, intentaremos continuarla, recordando sus pensamientos y sus palabras. Podremos quizá atraer a muchos otros, que están lejos de Dios, alejados del  modo de pensar y actuar cristiano. 

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Frydek. Cerca de esta localidad hay un lugar donde hace 500 años desapareció todo un pueblo con su iglesia. 

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Precisamente ahí, el día 24 de julio de 1954 se le apareció a Catalina la Santísima Virgen como Reina del Universo. Una de sus peticiones fue que hicieran una escultura, que la representara tal como se le apareció 

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Karol Wojtala ayudó a Catalina a cumplir lo mandado. La puso en contacto con Franciszek Masoż, escultor de Rybnik. 

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"No me acuerdo si todo esto tuvo lugar en el mes de agosto pero estoy seguro de que fue en verano. Llegó el Señor Wojtala con la señora Catalina Szymon, y me preguntaron si podría esculpir una figura de la Santísima Virgen. No sabía cuál y pregunté: ¿Qué figura desean?, pues existen varias figuras de la Santísima Virgen. El Señor Wojtala me contestó que debería ser tal como se le apareció a Catalina. Tomé papel y lápiz y empecé a diseñarla según lo que me estaba explicando Catalina." 

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 Después de un tiempo, Catalina llegó con el Señor Wojtala. La escultura estaba sin detalles todavía. Me pidieron hacer algunos retoques, corregir su rostro y su vestido.      

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La figura de la Santísima Virgen Reina del Universo, estuvo durante muchos años en la pequeña casa de Karol Wojtala en Frydek  

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El, con gran hospitalidad, abría la puerta a todos los que deseaban orar allí. Sobre todo, acudía mucha gente para pasar la noche orando, noches en las que Catalina participaba también. 

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Hoy la escultura de Santísima Virgen Reina del Universo se encuentra en el altar mayor de la iglesia recién construida en Frydek, en el mismo lugar en que se apareció.  

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Catalina Szymon nunca tuvo casa propia. Vivió en alojamientos modestos acogida por gente de buen corazón. Donde más tiempo vivió, desde 1946, fue en la ciudad de Pszczyna. Los últimos años de su vida los pasó en casa de la Señora Marta Godziek en Katowice – Kostuchna  

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"Catalina vivió en mi casa desde 1981 hasta su muerte. Por aquí pasó mucha gente: médicos, sacerdotes, maestros de escuela, algunos clérigos, monjas. Venían aquí porque les ayudaba y les daba consejos para la vida y de cómo vivir el sufrimiento.  

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Esta es la habitación donde Catalina vivíó hasta su muerte, todos los objetos están tal como estaban cuando ella vivía. Su cama está en el mismo lugar."

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 Catalina Szymon no nos dejó muchas fotografías - el autor de la mayoría de ellas es el Señor Edward Ożóg de Bielsko-Biała.

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"Yo le hice muchas fotos.  Siempre le pedía permiso porque no le gustaba dejarse sacar fotos, no le gustaba la publicidad. Decía que era una mujer sencilla y que podriamos mostrar sus fotos si queriamos después de su muerte, pero que ella no lo deseaba. Siempre acentuaba que era sencilla y que era como todos, que los sufrimientos que llevaba eran por todo el mal y corrupción que existe en este mundo. Sufría muchísimo. Prefería venir a verla cuando no había peregrinos, habitualmente los viernes, que era cuando dichos sufrimientos eran más intensos. Entonces realmente me conmovía al ver sus heridas y cómo le salía sangre de su cabeza como coronada de espinas. También se podían observar gotas de sangre saliendo de su piel, y aún incluso lágrimas de sangre. Las lágrimas le bajaban por las mejillas hasta el mentón. Una vez, mientras le sacaba fotos, uno de los sacerdotes, no voy a decir quién era, su nombre no es importante, que iba a ir a Roma, quiso llevárselas al Papa. Era viernes por la mañana. En cierto momento Catalina dijo: "No puedo presentarme al Papa así". Se fue al cuarto de baño para lavarse la cara. Antes de regresar por el vestíbulo, de unos tres metros, la sangre apareció en la cara otra vez.  

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La casa de Marta Godziek estaba abierta a todos los que deseaban ver a Catalina. A menudo venía por aquí Bárbara, entonces estudiante de medicina, hoy médico. 

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Vi a Catalina Szymon por primera vez en 1982, con un grupo de estudiantes de la pastoral universitaria. Llegamos aquí porque nos dijeron que era posible ver un fenómeno extraordinario: estigmas. Era una mujer muy sencilla pero muy inteligente. Con pocas palabras sabía dar en el quid. Los estigmas que llevaba en las manos eran grandes heridas de las cuales salía sangre. Las heridas desprendían un aroma especial. Era aroma de flores. Durante los éxtasis hablaba en nombre de Jesucristo y de la Santísima Virgen, acentuando la dignidad humana. Por ejemplo: a nosotros, entonces estudiantes de medicina, nos dirigió de parte de la Santísima Virgen las siguientes palabras: un niño o un hombre enfermo deberá tratarse, como si fuese Jesucristo mismo. Fue muy edificante para nosotros. Llegábamos aquí y cantábamos. Catalina era una mujer alegre y tranquila. Estaba llena de amor a Dios y al prójimo. Era para nosotros una escuela de vida. 

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Catalina Szymon tuvo un chófer los últimos años de su vida. Fue Stanisław Płonka de Katowice. 

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"En este coche llevaba a Catalina Szymon. La conocí en 1978. Entonces estaba muy enfermo y gracias a sus oraciones recobré la salud. Por eso decidí llevarla a todos los lugares donde ocurrían milagros. 

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Turza – un pueblo cerca de Katowice – Allí hay un santuario de la Virgen, muy conocido. Está dedicado a la Virgen de Fátima.   

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Catalina y su chófer llegaban allí los días 13 y 29 de cada mes, para participar con los demás peregrinos en las oraciones de la noche. 

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Catalina y su chófer llegaban allí los días 13 y 29 de cada mes, para participar con los demás peregrinos en las oraciones de la noche. 

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Los peregrinos, con velas en sus manos siguen a Aquel que, por amor al hombre llegó a ser alimento de Vida Eterna. 

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Durante su segunda peregrinación a Polonia el Papa, Juan Pablo II  estuvo en la catedral de Katowice.  

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Catalina Szymon estaba allí sentada en una silla plegable. El Papa se acercó a los enfermos sin saber que Catalina Szymon estaba en la catedral. Al pasar cerca de ella se arrodilló y habló con ella durante algunos minutos...  me alejé unos tres metros porque no quería escuchar la conversación. Luego el Papa continuó saludando a los enfermos, y al regresar se acercó otra vez a Catalina Szymon, se arrodilló y le ofreció un rosario y varias imágenes de santos. Otra vez hablaron pero no sé de qué porque me alejé otra vez.  

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No es raro que muchos sacerdotes quisieran ver a Catalina Szymon.

Nos dice el padre Aleksy Płatek: 

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"Cuando estudiaba el segundo curso de filosofía y teología, fuí por primera vez a ver a Catalina Szymon. Ella me dijo: ”Serás sacerdote”. Eso me animó en los estudios, los cuales eran difíciles. Fue un impulso para orar y vivir el día a día. Gracias a Dios pasaron seis años y hoy soy sacerdote. 

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Fue una mujer muy sencilla y de gran humildad. Creo que su vocación era orar y aprender a vivir el sufrimiento. Muy a menudo decía: ”Yo soy una mujer de pueblo”. Es verdad que no sabía leer ni escribir, pero llevaba dentro de sí una gran sabiduría, una sabiduría concedida por el Espíritu Santo. Se notaba en ella esta unión con Dios por la oración. Se puede decir que nunca dejaba su rosario. Lo llevaba siempre consigo. Cuando venía gente a verla les daba a besar la Cruz". 

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El padre Marian Więckowski nos comenta: "Conocí a la Señora Catalina Szymon en el año 1979, en Kostuchna. La llevó a mi casa el Señor Płonka y desde aquel dia, durante cinco años, iba a visitarla. Pudimos conversar mucho y también ser testigo de los éxtasis que tenía.  

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Iba a su casa algunas veces con el Viático, y también celebré allí misa dos o tres veces a petición de Doña Catalina. 

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 Catalina Szymon recibió los estigmas de las cinco llagas de Jesucristo el día 8 de marzo de 1946, el primer viernes de Cuaresma. Al principio las heridas eran pequeñas y Catalina llegaba a disimularlas. Con el tiempo aumentaron de tamaño y sangraban cada vez más. Włodzimierz Wojciechowski, médico:

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Conocí a Catalina Szymon en otoño de 1984. Como médico me permito comentar sus estigmas. Primero tengo que decir que vi el fenómeno de los estigmas por primera vez en mi vida. Eran coágulos llanos y redondos por los dos lados de las manos y de los pies, de más o menos 3 centímetros de diámetro. La piel de alrededor de estos coágulos estaba surcada de arrugas. Me comentaron que estos estigmas habían sido examinados de varias maneras. Una de ellas fue intentando quitárselos. Entonces aparecía la superficie propia a las cicatrices recién formadas. Después fuí testigo de los derrames sanguíneos. Ocurría así: en el margen de los coágulos aparecía un ribete de suero y de sangre, saliendo en forma de rayos por debajo de los mismos coágulos. Todo esto olía a violetas y a rosas. 

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Los sufrimientos de Catalina siempre se intensificaban durante la Cuaresma, entonces compartía sus dolores de manera especial con su Maestro. 

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 Era Semana Santa. Cayó al suelo tres veces, tal como lo hizo Jesucristo. Se le abrieron las heridas. Pudo intuirse este dolor inmenso. Su rostro estaba muy pálido. Por el mismo lugar donde Jesucristo llevaba la corona de espinas, le salía sangre  por los poros. Contemplé en ella una agonía que me oprimió el corazón. No olvidaré aquellos momentos. Me pareció largo tiempo. El sudor le corría por la cara y las pupilas parecían rompersele, las lágrimas le brotaban. En tal estado permaneció unos 20 minutos, como si estuviese fuera de este mundo. Pensé que no iba a recobrar la consciencia.

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Catalina Szymon no sólo sufrió dolencias físicas sin quejarse y siempre perdonando en su corazón, sino también recibió muchas críticas injustas e infundado y hasta calumnias. 

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 Lo que más pena me daba eran las habladurías de la gente. Algunos decían que se arrancaba las heridas. La seguí durante seis años, observaba todo y vi que no se arrancaba nada. Los viernes y los miércoles sangraba espontáneamente. Le salía sangre de las heridas de su costado, cabeza, ojos y pies.

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 Catalina fue excepcionalmente rica en experiencias místicas. Cuando le faltaba fuerza para llegar a la iglesia  recibía la Sagrada Comunión directamente desde el Cielo.

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 Este milagro se repitió varias veces en presencia de distintos testigos. 

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Era muy feliz cuando Jesucristo venía a Catalina en forma de Hostia blanca. Eso no se puede describir con palabras. Sobre todo me acuerdo de ese olor de azucenas o de rosas sin comparación con los perfumes de este mundo. Cuando Jesucristo llegó a los labios de Catalina todos se arrodillaron con alegría, porque el mismo Jesucristo llegaba a ella. Estuvo sobre su lengua mucho tiempo, No vimos a nadie llevar la Hostia. Se movía en el aire llegando a la boca de Catalina. Más tarde Catalina nos dijo que se la llevó el mismo Señor, y que estaba descalzo, llevando un vestido blanco, muy largo. Pero nos dijo que su Cuerpo estaba todo cubierto de heridas pequeñas, como si fuesen ocasionadas por un cuchillo. Llevaba hendiduras grandes y pequeñas sobre su cuerpo, a semejanza de los pecados de los hombres. De tal manera Jesucristo le ofreció su propio Cuerpo. Estos fueron los momentos más felices de mi vida. 

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Uno de los últimos sacerdotes que conoció a Catalina pocos meses antes de su muerte fue el padre Jan Czekaj. 

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"Cuando vi a Catalina Szymon, ya estaba muy enferma y su estado era cada vez más delicado. Estaba muy enferma pero no se quejaba. Ya entonces decía: „Ya es tiempo de irme, debo prepararme para mi último viaje”. Pero no tenía miedo, estaba segura de que cuando terminara su peregrinación por la tierra, Aquel en quien creyó y en quien puso su confianza, le abriría las puertas del Cielo.  

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Catalina Szymon murió el 24 de agosto de 1986.  En el momento de su muerte, los estigmas, que llevó más de 40 años, empezaron a curarse de manera milagrosa, demostrando así su carácter sobrenatural. 

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Si sus heridas hubiesen sido falsas, es decir hechas con agujas o de cualquier otra manera, por ejemplo con un cuchillo, habrían permanecido después de su muerte. En este caso, dos horas después de su fallecimiento, empezaron a curarse hasta el cuarto día después de su muerte. Parece que los coágulos se evaporaron. La piel se le alisó y en el momento del entierro sólo quedaban rasgos de los coágulos.   

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Cuando el día 28 de agosto vine para participar en el funeral, vi que no había heridas sobre sus manos. Estaban todas curadas,  y su cuerpo, a pesar de que falleció cinco días antes, no dejaba de desprender un olor diferente, el olor de un cuerpo vivo y sano. 

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Catalina Szymon quedó grabada en mi memoria y ahí permanecerá para siempre. Le debo mucho y le deben mucho aquellos que iban a verla. Para nosotros fue una escuela de vida. Nos enseñó a orar, nos enseñó paciencia, humildad y gran confianza. Cuando vivía decía que sólo la oración, la humildad y la confianza en la misericordia de Dios Todopoderoso pueden cambiar al hombre y cambiar al mundo. Esto era lo que continuamente pedía y esperaba: la inmensa bondad, la caridad y la misericordia de Dios Omnipotente para toda la gente, para cada uno de nosotros. 

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El 16 de noviembre de 1985, día de la Virgen de la Misericordia, fue grabado, probablemente sólo con su permiso, con una cámara de video particular, un documento único en su género: un éxtasis.   

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EXTASIS: ”Jesús, Jesús tú lo ves, Buen Jesús. Te mató la crueldad de la gente pecadora. Te asesinaron, Jesús, y te clavaron en la Cruz, Jesús. Ama, Jesús, ama, Jesús, a todos tus hijos. Ama, Jesús, a todos los que te abandonaron y recíbelos”. ”Jesús, no llores, dáme tus lágrimas, Jesús. No llores, Jesús. Jesús,  ¿irán todos estos hijos al paraíso, irán también los que te están crucificando? El mundo te está crucificando, Jesús, ten piedad de tus hijos. Sálvalos y llévalos a todos al paraíso. A los bebedores empedernidos y a los que cometieron pecados de corrupción. Y a los esposos separados y a los niños que no dejaron nacer. Jesús, llévalos al Cielo y perdónales todo, Jesús, tómalos bajo tu protección, Jesús”. 

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 ”Hija mía, si desean ir al cielo debe haber un arrepentimiento real. Entonces se les perdonará. Hay muchos pecadores. Se ha matado a muchos niños.”

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”Jesús, yo te amo. Estoy segura que no me abandonarás, ni tampoco abandonarás a los hijos tuyos que aquí acudieron. Tómalos a todos bajo tu protección”.   

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”Hija mía, les tomaré, no morirán. Se arrepentirán. Les abriré el cielo. Aún se necesita rezar mucho el rosario, hacer penitencia y ofrendas. Todos vosotros meditad mi Pasión. ¿Me comprendes? Quien no me ama y no se entrega a mí, no tiene vida en si mismo! Y el que me ama, siempre estará conmigo. Y les llevaré a mi Padre . 

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CANTO: Como una flor de rosa entre las espinas agudas, como la señal de Dios para el mundo pecador, vivía con nosotros en esta tierra una chica sencilla, pobre y analfabeta. La escogió Dios y le confió la Cruz que llevó hasta el final de su vida. La fuente de su constancia era Cristo, el Maestro, a El le ofreció sus sufrimientos.  Los ojos que lloran sangre, el costado, las manos y los pies atravesados son los estigmas de Cristo, son “sellos” del Evangelio. Es para los que necesitan ver para creer, para los hombres de poca fe, para darles la fuerza, para que no rechacen a Dios, para que sigan a Cristo y deseen servirle con todo su ser para gloria de Dios. 

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 Aunque ella se fue donde el Señor preparó un lugar para sus servidores quedarán en la memoria del pueblo las imágenes de la heridas divinas y el nombre de Catalina.”  

St105

Investigaciones estadísticas dicen que, cada segundo mueren dos personas, cada minuto son cien personas y durante una hora...  es decir que, mientras ven ustedes esta película, más de seis mil personas mueren en la tierra. 

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Creyentes o no, respetando los mandamientos o no, ateos o creyentes no practicantes, todos somos iguales ante la muerte. Todos compareceremos ante Dios, ante Jesucristo. La felicidad eterna en el Cielo, los sufrimientos en el purgatorio, o la condena perpetua en el infierno son realidad actual para todos. 

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También nosotros, que peregrinamos por esta tierra, más tarde o más temprano compareceremos ante el Juez justo, para que juzgue cada acto nuestro, palabra, pensamiento y omisión. La muerte es sólo un puente que enlaza la vida en la tierra con la eternidad. Al otro lado de este puente nos espera el Divino Maestro Jesucristo. Sí , a cada uno de nosotros El nos espera.  

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"Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, aprended de Mí que soy manso y humilde de corazón; y hallereís descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera".  

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Esta película fue rodada durante los años 1985 – 1989. En esta obra participaron: Barbara, Nina, Roma, Ewa, Joanna, Andrzej, Benedykt, Edward, Jerzy, Zbigniew y muchos otros. Todos ellos eran sólo : ”Siervos inútiles”, a quienes guiaba delicadamente pero de modo perceptible la Virgen María – Madre de la Misericordia Divina.  

 

Distribución de libros y películas (Versión en español):

P.P.H. „Arka” Wrocław - Poland

www.ppharka.hg.pl ; email: ppharka@wp.pl

tel. 71-339-86-80, 71-339-81-18

 

El desarrollo de la película:

Studio Art-Video Gdynia – Poland

www.sartv.com.pl ; tel. 601-65-21-15 

 

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